Hace algunas
semanas leí una publicación de un diario reconocido de nuestro país que tenía
como titular: LAS 10 CIUDADES TOP DEL PERÚ, en aquella lista exclusiva pude distinguir
el nombre de la ciudad de Chiclayo, no saben el sentimiento de orgullo que me embargo
en esos momentos al saber que formaba parte de una de las ciudades más
importantes del Perú, sin embargo pronto el olor nauseabundo de los desagües
colapsados me hizo volver a la realidad, me despertó de aquella utopía en la
que había estado sumergido por unos minutos, fue en ese momento donde advertí lo
paradójico de la situación en la que me encontraba, de la divergencia de los
conceptos leídos y de lo absurdo de las informaciones mostradas por los medios
de comunicación a la población Chiclayana.
En los últimos años
la ciudad de Chiclayo ha parecido anquilosarse en el tiempo, es cierto que
grandes cambios en materia económica y cultural han hecho de esta ciudad una
ventana abierta hacia el turismo y el crecimiento social, sin embargo este
crecimiento es ajeno a la realidad actual de la ciudad. Ciudades próximas a la
capital de la amistad como Trujillo, Piura, Tumbes, por no citar a otras han
experimentado un crecimiento en todos sus rubros que superan de manera
superlativa los índices de ascenso de Chiclayo.
Ahora nos
preguntamos como una cultura tan próspera que albergó a civilizaciones
admirables como Wari, Paracas, Chavín, Chimú, Tiahuanaco y quizás la más gloriosa
de todas porque vio nacer a uno de los personajes más majestuosos de nuestra
historia, El Señor de Sipan; con el paso del tiempo ha ido perdiendo esa
perfección y magnificencia hasta convertirse en un facsímil fútil de ciudad
moderna, que cada día más se hunde en la inseguridad y delincuencia.
Según un reporte
de la Dirección Regional
de Comercio Exterior y Turismo (Dircetur) Lambayeque, indica que la ciudad de
Chiclayo, ha sido considerada por los visitantes extranjeros como la ciudad más
insegura de Latinoamérica.
Este informe que a primera vista
parece desmedido, refleja considerablemente el panorama actual de la ciudad. La población Chiclayana percibe
a su ciudad de manera insegura y frágil ante cualquier catástrofe natural. Esto
genera un clima de desconfianza, desesperanza y desanimo y que mella
paulatinamente la calidad de vida de las personas.
Quizás la causa principal del
problema de inseguridad ciudadana pueda ser atribuida a la ineptitud e inacción
de las autoridades municipales, pero esta problemática tiene un trasfondo sociocultural,
depende en gran manera del apoyo de la ciudadanía. Las autoridades locales
deben buscar afianzar los vínculos con la población, las distancias son ahora
muy marcadas, no se distinguen vínculos de consonancia entre las partes, sin
embargo un proceso de empoderamiento ciudadano se muestra como una alternativa
de solución.
Las fiestas de navidad y año
nuevo ya están próximas y es de vital importancia salvaguardar la seguridad ciudadana
a través de mecanismos que ayuden a combatir la ola delincuencial que azota a
la ciudad de Chiclayo. Estos mecanismos fueron propuestos por el Ing. Carlos
Balarezo, Secretario Técnico del Comité Regional de Seguridad Ciudadana en una
reunión sostenida en la Compañía de bomberos, quien junto con otros
funcionarios públicos abordaron el tema de la seguridad ciudadana como una
prioridad para la ciudad.
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